Primera de una serie de breves charlas en las que se cuestiona la estrategia del gobierno descrita en el ELP 2050 y PNIEC 2021-2030 para alcanzar la descarbonización. En esta introducción se anuncian los principales temas que se trataran en capítulos sucesivos.
Me llamo Telmo Gabarain, soy licenciado en Ciencias Físicas por la universidad de Navarra y tengo formación directiva en el IESE. Ahora estoy jubilado después de 35 años de experiencia en generación eléctrica.
He preparado algunas charlas que iré presentando sobre energía. La energía es un tema que siempre preocupa, pero ahora mas con la guerra de Ucrania y las subidas brutales y caóticas de los precios de la energía.
Cuando hay una crisis como esta, exigimos soluciones rápidas pero los problemas que tenemos ahora en Europa, y en España en particular, son consecuencia de actuaciones y omisiones de muchos años antes. El problema mas acuciante es la dependencia que tenemos de combustibles fósiles. Pero no es el único problema. El otro, si cabe mayor aun, es el de las consecuencias de consumir masívamente combustible fósiles.
No cabe duda de que que la UE y el gobierno hacen lo que pueden con mas o menos acierto, pero la verdad es que no hay mucho que se pueda hacer de hoy para mañana.
Yo no tengo nada que aportar en ese sentido pero sí quiero hacer una reflexión de cara al futuro porque ahora sí que estamos a tiempo para prepararnos.
Me voy a centrar en la estrategia energética de nuestro gobierno para cumplir con el compromiso del Acuerdo de Paris de 2015 y las directivas comunitarias asociadas a ese compromiso.
En particular, me centraré en los documentos conocidos como ELP 2050 y PNIEC 2021-2030 aprobados por el Gobierno a propuesta del MITECO.

El ELP 2050 describe de forma general la opción escogida por España para contribuir al objetivo del Acuerdo de Paris para alcanzar la descarbonización de la energía en el año 2050. Ello implica una reducción drástica del uso de combustibles fósiles, lo que a su vez acabaría (casi) con la emisión de GEI y contaminantes.
El PNIEC 2021-2030 es un documento de detalle requerido por la Comisión Europea a sus miembros para hacer un seguimiento minucioso del proceso de transición energética en la presente década.
La estrategia adoptada por el gobierno español para alcanzar la descarbonización en 2050 se basa, entre otras cosas, en el uso exclusivo de energías renovables. Este planteamiento supone una renuncia al prudente principio de diversificación y para muchos expertos, dentro y fuera de España, es poco realista y representa una temeridad.
Las charlas que presentaré se agrupan bajo el título “Descarbonización, ¿solo con renovables?” tratando temas como los siguientes:
En primer lugar, ¿cómo es de urgente la descarbonización?
El uso y abuso de combustibles fósiles conlleva tres tipos de efectos. Uno, las catastróficas alteraciones físicas del planeta, cada vez más evidentes. Otro, cómo estamos viendo, la vulnerabilidad asociada a depender de proveedores que pueden utilizar sus activos como palanca política. En tercer lugar, el coste en vidas humanas directamente derivadas del cambio climático y de la contaminación.
Luego quisiera discutir si el plan del gobierno es realista mirando a los números gordos, los que sirven para dimensionar el problema. A menudo escuchamos que se han construido tantos megavatios de aeros o paneles, o que se ha batido algún record de producción, y parece que ya está todo resuelto. Sin embargo, solo son datos puntuales, casi siempre con intencionalidad publicitaria mas que informativa. Si solo vemos eso, estamos en la situación de que las ramas no dejan ver el bosque y corremos el peligro de adquirir una percepción deformada de la realidad.
También quiero hablar de las incertidumbres de las EERR. No para desacreditarlas, me parece esencial apoyar su desarrollo, pero sí para recordar otra vez la necesidad de pisar el suelo. Las EERR, para muchos, están todavía en la fase de enamoramiento inicial en la que todo es maravilloso, sin embargo, como ha ocurrido con otras fuentes de energía, tarde o temprano aparecerán inconvenientes. Algunos ya están ahí.
A partir de lo anterior me planteo algunas reflexiones sobre temas como antecedentes de la situación actual, necesidad de pactos de estado y de comunicación social.
También trataré sobre la alternativa nuclear, que es un asunto que en España es difícil tratar de manera racional y objetiva, pese al protagonismo que ha tenido y tiene en la producción de energía. Merece la pena mirar con calma los datos sobre experiencia acumulada, seguridad, residuos, posición de otros países.
Seguramente, trataremos más cosas que vayan surgiendo de comentarios que reciba.
Como sé que el tiempo es valioso, trataré de ser breve, claro y, dentro de mis limitaciones, riguroso con los datos.