En esta charla se identifica la solución a los problema de escasez agua con una planificación prudente de recursos energéticos.
Uno de los objetivos centrales del PNIEC/ELP es mejorar la eficiencia energética mediante una reducción drástica del consumo. En esos documentos se mencionan medidas para conseguirlo y se hacen previsiones que, como vemos visto anteriormente, resultan poco realistas.
Pero es que además no se ha tenido en cuenta un capítulo importante como es la necesidad adicional de energía asociada al suministro de agua en todos los sectores en los que el agua es necesaria.
El problema del agua es un problema de energía. En España no falta agua porque está rodeada de mar pero, para desalar el agua, para filtrarla, para purificarla, para moverla y para elevarla hasta donde sea necesario, para todo eso hace falta energía.
El cambio climático por un lado, y el desarrollo económico por otro, demandarán suplementos de agua que solo se podrán conseguir con más energía. Por otra parte, si se llegara a acordar sustraer agua de las explotaciones hidroeléctricas a favor de regadíos, esto también sería una pérdida de energía disponible que habría que reponer.
Las sequías, cada vez más duras, hacen que disminuya la aportación de agua de lluvia. En esta imagen vemos datos y comentarios recogidos en El Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático PNACC y en el estudio del CEDEX de 7/2017.


Por otra parte, la sequía y el calentamiento también aceleran las pérdidas por evaporación del agua embalsada. Las lluvias torrenciales disminuyen la capacidad de los embalses por acumulación de sedimentos.
La degradación de nuestros humedales, además de los efectos en la biodiversidad, reducen o anulan la capacidad de estos como sumideros de carbono, que es una capacidad con la que se cuenta para alcanzar los objetivos de descarbonización.

La conservación de humedales, además de medidas de protección, requiere de aportaciones masivas de agua. Israel, por ejemplo, que es un estado muy expuesto a la sequía y líder mundial en gestión del agua, acaba de estrenar un proyecto para rellenar el mar de Galilea con agua de mar desalada.

La agricultura representa 82% del consumo total en España, con mas de 15.000 Hm3. La evolución hacia explotaciones más productivas anticipa mayores necesidades de agua.

El despliegue de energía solar exigirá dedicar agua purificada para limpieza de paneles, tanto en rutinas periódicas como de emergencia en casos extremos de calima. Para producir entre 100 y 150 GW, como se está hablando, se ocuparán entre 200 y 300 mil hectáreas de paneles que habrá que mantener limpios.

La industria del hidrógeno verde, además de la energía para la electrolisis, requiere también grandes cantidades de agua. Para cada kilogramo de hidrógeno se necesitan 10 kg de agua con calidad química adecuada. España se plantea, no solo autoabastecerse, sino también exportar por el Mediterraneo el 10% del consumo europeo.

Otros capítulos como el desarrollo de turismo rural y costero, la explotación de minas para la industria de energías renovable, las secuelas de grandes incendios forestales o la repoblación rural, requerirán aportación y procesamiento de agua.
De acuerdo con todo lo anterior y con datos del informe del CEDEX y del PNACC, a mediados de siglo, las necesidades de adicionales de agua útil se pueden cifrar en miles de hectómetros cúbicos al año. Solo el trasvase Tajo-Segura representaba mas de 600 Hm3. Esta producción de agua a su vez requerirá muchos miles de gigawatios-hora.
El PNACC se limita a proponer medidas de ahorro y protección de acuíferos que están bien, pero si no llueve, hay que producir agua y para eso hace falta energía. Ni el PNIEC ni el ELP plantean, hoy por hoy, necesidades adicionales de energía por este concepto.